Mucho se ha hablado y se ha escrito sobre los maridajes del vino. Y no se puede decir que haya un maridaje perfecto, puesto que en esa búsqueda de sensaciones con el vino no hay una regla matemática.
El vino es un elemento vivo al que la comida,  y por otro lado, la persona que lo degusta, no se encuentra siempre en las mismas condiciones ni con los sentidos alerta para apreciar sensaciones. AsÃ, todos estos factores influyen a la hora de percibir un maridaje que no es otra cosa que la conjunción de vino con otro elemento.
Y decimos vino y otro elemento, porque aunque lo habitual es que el maridaje sea de vino y comida, Â no siempre tiene porque ser asÃ.
Asà podemos ver un maridaje de vino y música donde podremos deleitarnos con los tragos de un tinto reserva de corte clásico en armonÃa con un concierto de Mozart o Beethoven, o un champagne con un concierto de bandas sonoras de grande pelÃculas.
Otro de los maridajes más sorprendentes es el maridaje de vino y libros, asà encontramos combinaciones de literatura y vino, como un merlot para una obra dramática o un malbec para una comedia.
Y aun más allá se ha llegado llevando el vino al maridaje con la moda, siendo ya habituales los desfiles de moda maridados con vinos, o las presentaciones de una nueva añada, con las presentaciones de una nueva temporada de una firma de moda.
Sin duda el vino es una expresión de sensaciones y todo aquello que nos produzca sensaciones será un buen maridaje con el vino; siempre que sepamos armonizar o buscar los contrastes adecuados.
son la armonÃa o el contraste de sabores que nos permite una explosión de sensaciones que resaltará el potencial de la comida y el vino. Por eso dentro de los maridajes gastronómicos cada vez se buscan maridajes más sorprendentes.
Pues bien, este juego de armonÃas y contrastes nos lo podemos llevar al disfrute del vino con otros tipos de arte que nos provoquen sensaciones personales, ya sea la música, la literatura, el cine, la pintura o incluso un paisaje o un monumento.